¿Cuál es la promesa de valor de Bogotá?


 

Por: Marcela Pinzón-Gerente Comunicaciones Bogotá Convention Bureau
El turismo de reuniones es el segmento turístico de mayor crecimiento en la última década. Mientras en Europa y Estados Unidos este boom llegó hace unos 20 años, en Asia hace 10 años, en Latinoamérica es más reciente y la región tiene mucho camino por recorrer.
Hoy en día, existe una gran competencia de destinos para captar congresos, convenciones y viajes de incentivos internacionales, por los beneficios que éstos generan. El gasto de quienes participan en el turismo de congresos es habitualmente entre 3 y 4 veces más alto que el generado por un turista vacacional; así mismo, el perfil socio económico de un asistente a un evento internacional es realmente alto, siendo por lo general, profesionales destacados en su actividad, acostumbrados a viajar y con un presupuesto solventado por la institución que representan, a lo que también se suma el propio presupuesto personal de cada participante.
Por otro lado, si bien el turismo es muy sensible a cualquier crisis económica mundial, los eventos son de los últimos en recibir su impacto. Siempre existirá la necesidad de realizar intercambios profesionales. Los congresos y reuniones se seguirán desarrollando, las asociaciones profesionales de todos los campos, continuarán trabajando como siempre y necesitarán nuevos lugares donde realizar sus eventos. Es aquí donde se presenta una gran oportunidad para Bogotá.
El turismo de eventos crea empleos calificados, promueve la capacitación e intercambio profesional, se constituye como una herramienta de relaciones entre países; moviliza localmente una gran cantidad de dinero como consecuencia del eslabonamiento productivo con otras actividades económicas y se convierte en un factor de multiplicación de los esfuerzos promocionales.
Sin embargo, no podemos cerrar los ojos a la labor de mercadeo que muchas ciudades están desarrollando acertadamente para promocionar sus destinos. La competencia es dura y surge la pregunta ¿Qué está ofreciendo Bogotá, que genere un gran valor diferencial a todos aquellos destinos que también se postulan para captar un evento? En otras palabras ¿Cuál es la promesa de valor de la ciudad?
La infraestructura, la oferta gastronómica, cultural, vida nocturna y compras entre otros factores, -aunque son de gran importancia-, no marcan la diferencia de un destino en un mundo globalizado como el de hoy; es necesario elaborar objetivos y metas claras que respondan a las necesidades del mercado.
Frente a la ausencia de un plan estratégico para el turismo de reuniones en Bogotá es necesario que se definan más allá de las acciones inmediatas y a corto plazo, un rumbo definido, un mismo tono de comunicación, un mensaje que trasmita al mundo nuestra promesa de valor, aquello que nos diferencia de los demás, que permita a un organizador de eventos elegir nuestra ciudad sobre el abanico de opciones existente.


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