Teotihuacán
El Estado de México tiene una historia rica y milenaria que encuentra uno de sus mejores exponentes en la ciudad sagrada de Teotihuacán que ostenta por mérito propio el título de Patrimonio Histórico de la Humanidad, otorgado por la UNESCO el 24 de agosto de 1988. Ubicada en un inmenso valle, Teotihuacán fue para la mitología náhuatl el lugar donde se crearon el sol y la luna. La antigua ciudad inició sus construcciones 500 años antes de nuestra era y es un espléndido ejemplo de la magnificencia y perfección en cuanto a planeación urbana se refiere. La Calzada de los Muertos con casi 4 kilometros de longitud permite al turista observar los diferentes palacios, templos y construcciones en una extraordinaria armonía geométrica.
Historia
Los orígenes de Teotihuacán se remontan a más de 500 años antes de Cristo. Algunos arqueólogos y antropólogos dicen que tras la erupción del volcán Xitle los habitantes de la cultura de Cuicuilco se dispersaron y un grupo llegó a establecerse en este valle. A principios de nuestra era inició la construcción de la ciudad y las Pirámides del Sol y de la Luna fechada en el año 200 d.C al igual que el Templo de Quetzalcóatl. Este fue uno de los más importantes centros culturales, científicos y religiosos de Mesoamérica que llegó a tener más de 25 kilómetros de extensión y unos 200 mil habitantes. Teotihuacán sólo puede ser comparada con la ciudad de Tenochtitlan antes de la llegada de los españoles. Su auge y esplendor se dio en el año 650 de nuestra era, para entonces se habían construido 2,600 edificaciones importantes. Algunos estudiosos dicen que tuvo que haber algún terrible acontecimiento para que sus pobladores abandonaran tan magnífica ciudad en el año 800.
Durante el esplendor Azteca la Ciudad de Teotihuacán era causa de veneración. En algunos códices se cuenta de los peregrinajes que Moctezuma II de manera periódica realizaba a la ciudad sagrada donde permanecía por algunos días. En 1905 Leopoldo Batres con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia exploró y restauró la Pirámide del Sol y los templos de los sacerdotes, entre otros. En 1964 se finalizaron las obras de reconstrucción de lo que hoy está abierto al público, actualmente es uno de los centros ceremoniales más visitados del mundo.
Fuente: Secretaria de turismo de México.
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